viernes, 24 de mayo de 2013

LOS CUATRO ACUERDOS . PRIMER ACUERDO



Los Cuatro Acuerdos.

Los Cuatro Acuerdos es un libro sobre “sabiduría tolteca“, esto es, una recopilación de sencillas pero a la vez profundas enseñanzas de los toltecas, nación que era conocida hace miles de años en el sur de México como “mujeres y hombres de conocimiento“. Los antropólogos han definido a los toltecas como una nación o una raza, pero, de hecho, eran científicos y artistas que formaron una sociedad para estudiar y conservar el conocimiento espiritual y las prácticas de sus antepasados.




  El libro fue escrito en el año 1997 por el Doctor Miguel Ángel Ruiz y profundiza sobre la idea de cómo la “realidad” no es tal, en cuanto a que las personas hemos hecho nuestros una serie de “acuerdos” con nosotros mismos y con los demás que, en la mayoría de las ocasiones, ni siquiera los hemos buscado o no nos hemos parado a reflexionar si realmente creemos en ellos. 

Con el fin de ayudarnos a “despertar del sueño en el que vivimos”, y crear nuestro propio sueño, el Dr. Ruiz propone cuatro simples nuevos acuerdos que, aunque son fáciles de entender y de asimilar, no lo son tanto de seguir cada día, pero la práctica diaria de estos cuatro nuevos compromisos, pueden llevarnos hacia una vida más libre y armoniosa.
 
A lo largo de las próximas tres entradas vamos a ir reflexionando sobre ellos. Hoy vamos con el primero.


SE IMPECABLE CON TUS PALABRAS.


Las palabras son la herramienta más poderosa que tiene el  ser humano. Con ellas trasmitimos nuestros pensamientos, nuestros sentimientos. Podemos herir, podemos curar, podemos transmitir amor o por el contrario odio, desprecio.
El poder que tienen las palabras sobre los demás  y sobre todo con nosotros mismos es enorme.

Con la palabra somos capaces de levantar a quién se ha caído o por el contrario hundir a quién está sufriendo. Si le dices a alguien “tu sí que puedes” tus palabras se convertirán en motivación, en ánimo y se convertirán en una fuerza real en la persona que la está escuchando.  Y podrá. Si por el contrario le decimos  “eres tonto, no vales para nada” así sucederá, irá creciendo dentro del otro  la idea de que lo es.

Seguro que a poco que pensemos en nosotros mismos,  encontraremos ejemplos de esto en nuestras vidas ¿Cuántas veces nos han dicho o nos hemos dicho que algo no nos saldría bien, que no seríamos capaces de algo? Y así sucedió, seguro.
Palabras que ofenden, palabras que denigran al otro; cotilleos, maledicencias, calumnias. Bilis. Palabras.
Su poder es TAN grande que basta una sola para decidir la ruina de un corazón humano. “Ya no te amo”. “Eres un inútil”. “Vete a la mierda”. “No te soporto.

Ser impecable con las palabras significa utilizarlas únicamente como herramienta para el crecimiento y no como espada para herir  a otro ser humano.

Pero no solo a otra persona, cuando salen de tu boca palabras hirientes, a  ti mismo te alcanza la negatividad que trasmites, te esté generando lo mismo que trasmites.

Dí siempre aquello que realmente quieres decir. Evita usar palabras para hablar en contra de ti mismo o para decir chismes acerca de los demás.

En algún momento de nuestras vidas, en mayor o menor grado, todos hemos participado en estas prácticas, o hemos sido víctimas del chisme, los rumores y la crítica. De alguna manera, aprendimos a hacerlo, tal vez desde muy pequeños, y se convirtieron en un hábito que sin saberlo, nos ha causado mucho daño, a nosotros mismos y a los demás. El hábito de chismorrear, correr rumores y criticar, es demasiado dañino. Y lo peor de todo es que la mayoría de las personas ni siquiera son conscientes de ello.

Te invito a que antes de hablar, te hagas las siguientes preguntas:

·         ¿Lo que voy a decir es verdad?
·     ¿Sé, sin ninguna duda, que lo que voy a repetir es exacto y verdadero, o está basado en rumores o suposiciones que yo u otros han hecho, sin conocer todos los hechos de una fuente imparcial y confiable?
·    ¿Qué ganaré yo y todos los demás involucrados, con repetir estas palabras a otros?
·         ¿Es lo que voy a decir acerca de otra persona algo que yo tendría el valor de decirlo en su cara?










Es el primer acuerdo al que tienes que llegar contigo mismo. Cuidar como utilizas esta herramienta poderosísima que es la palabra, contigo mismo y con los demás.
¿Cómo utilizas las palabras en tu vida cotidiana? ¿Has sentido alguna vez su poder?


 UN BESO A TOD@S : GRACIA


 

14 comentarios:

  1. Como me ha gustadooooo.Es que yo creo que vivimos tan deprisa que no somos capaces de pensar en la importancia de la palabra,si parasemos a pensar y fuésemos capaces de realizar el proceso que nos indicas,cuanto mejor nos iría.Porque la palabra como hiere,cura.
    Un beso grandote !!

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    1. Me alegra un montón que te haya gustado. Cuando Gracia me lo propuso me encanto y estoy deseando leer el resto de acuerdos.
      La palabra es muy importante y saber usarla también pero más importante es quizás usarla en el momento adecuado y no callarse las cosas ¿verdad?
      Un beso

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  2. También me alegro yo ¡Claro que podemos ser capaces de cuidar lo que decirmos! Hablar cuando debemos y callar cuando hay que hacerlo es un arte que podemos adquirir, tan sólo hemo de querer y sobre todo ser consciente de que con nuestro verbo, podemos herir o todo lo contrario.Consciencia, eso es todo.
    Besos
    Gracia
    www.crecercoaching.com

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  3. ¡Qué interesante! También estoy deseando poder conocer los otros tres Acuerdos. E incluso, voy a tomarme algunas notas para tenerlos bien presentes.

    La acción de comunicarnos la llevamos hasta inscrita en nuestro código genético. Su uso, por tratarse de algo tan cotidiano, puede hacer que no nos demos cuenta, no seamos conscientes del poder que las palabras tienen sobre los demás y sobre nosotros mismos; pudiendo actuar como fuente de sufrimiento, de daño, o de crecimiento y cambio positivo.

    Me ha hecho acordarme de "La Casa de la Palabra", de los poblados de Mali; el lugar de reunión de los ancianos del pueblo. Ésta tiene una altura aproximada de poco más de un metro, y el objeto de que los techos sean tan bajos es para que no puedan alzarse, ponerse de pie sin golpearse en la cabeza, en caso de discusión; y con ello, no puedan mostrar superiorioridad alguna frente a los demás allí reunidos, porque si quieren lograr un entendimiento han de mostrar humildad (agacharse...).

    Cuánto me alegro, Gracia, que podamos leerte por aquí también. Siempre es un enorme placer.
    ¡Besos!


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  4. Ainsss Mara,este invierno en un curso de asertividad al que fui,Hicimos un ejercicio sobre la "Casa de la Palabra". Interesantísimo y esclarecedor.
    Ya sabes a no perderte los restantes acuerdos...
    Muchas gracias Mara por tu comentario...Besitos
    Gracia

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  5. Qué gran acierto esta sección. Hace pensar y esto aunque parezca simple, no lo es, para nada. Ahora todo el mundo está sin parar, de arriba para abajo y viene muy bien sentarse, leer textos como estos y dedicarte a tu mismo un momento. Me ha encantado. Bisous

    http://modavestidor.blogspot.com.es/

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    1. Me alegro Manuel.De eseo se trata de que nos paremos un poquito y pensemos.Ya verás como te van a gustar estas entradas de la mano de Gracia
      Un beso

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  6. Se puede hacer mucho daño con la palabra. Mejor pensar antes de hablar! Me ha gustado mucho esta entrada Gema! Besos.
    http://www.solaanteelespejo.blogspot.com.es/

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    1. Me alegro mucho María. A ver con que acuerdos nos sorprende Gracia los próximos viernes
      Un beso

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  7. Yo también estoy deseando leer los tres acuerdos que faltan. Si es verdad, lo bueno que te puede hacer una palabra positiva en un momento bajo de tu vida y por el contrario, el daño que hace una mala palabra. Muchas veces no nos damos cuenta como puede variar una situación. Muy buenas premisas para que antes de hablar, nos demos cuenta de lo que podemos desencadenar, si es necesario o no.
    Gracias, me ha gustado mucho, sigo aprendiendo.
    Marian

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  8. Gracia todos pecamos de hablar sin pensar y de hacer daño sino directamente, si indirectamente y quien diga lo contrario miente. Pero lo realmente valioso es reconocer cuando lo hacemos y saber pedir prdón...lo peor es cuando alguien tiene tanta soberbia que se cree siempre con el poder de la razón. La palabra puede hundir o ayudar...pero hay que estar lo suficiente preparada, para no siempre tener que depender de ella para sentirte bien o mal. Yo tiendo analizar mis palabras y la de los demás y según lo que entienda, obro en consecuencia y aún así me equivoco. Los cotilleos pasó de ellos olímpicamente. Bs.

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  9. Gracia, hace tiempo que leí un m@il que hablaba sobre la sabiduría Tolteca y que recogía los cuatro acuerdos.
    Se me había olvidado y me encanta que nos lo recuerdes.
    El poder de la palabra es inmenso. Realmente es la forma que adoptan nuestros pensamientos para transmitirse y es importante pensar en la persona que las va a recibir y en la intención que está detrás de ellas.
    Es importante buscar construir y ayudar, eso crea mejor ambiente y genera confianza. Así que cuidaré lo que diga y lo que piense.
    Besos

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  10. Gracias Chicas por vuestras reflexiones, al leeros me acordaba de algo que me decía mi madre: "Cuenta hasta 10 cuando vayas a decir algo de forma impulsiva" Y es verdad.
    Yo soy de las que piensa que todo puede decirse, con respeto, tacto y empatía.
    Omaira, no te pierdas el siguiente acuerdo, va en el sentido de no tener que depender de las palabras que recibimos para sentirnos bien o mal. Estos toltecas ciertamente eran unos sabios.
    Besos y a compromenterns con nosotros mismos en cuidar nuestras palabras y si es necesario contar hasta 10, o hasta 20

    Gracia

    www.crecercoaching.com

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